Stanislas Germain
Proceso de fabricación:
- Las tripas son seleccionadas y después lavadas con lejía hecha con cenizas de madera dura. Como se menciona en la receta del tratado del siglo XIV Secretum Philosophorum.
- Las cuerdas son torcidas a mano y secadas al aire libre.
- Las cuerdas son lijadas con la planta Cola de Caballo (Equisetum) y con cuerdas de cáñamo como describe Marin Mersenne en el tratado Harmonie Universelle (1627).
-Las cuerdas se dejan, mínimo un mes, en un baño de aceite de oliva antes de ser empacadas.
Queremos un dialogo con los músicos, trabajar para encontrar la mejor manera de encordar cada instrumento. Suele implicar prueba y error hasta encontrar las mejores tensiones y diámetros.
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Cuerdas de tripa artesanales del
@Taller del Juglar
Hacemos cuerdas de tripas enteras de cordero y de cerdo.
En el Renacimiento los músicos escogían ellos mismos sus cuerdas haciéndoles varias pruebas en las plazas de mercado donde se conseguían. John Dowland describe varias de ellas en A Varietie of Lute Lessons (1610) y la mayoría de los autores que hablan de cuerdas nombran la prueba que hoy en día llamamos la “prueba de Mersenne”.
Haciendo cuerdas artesanalmente descubrimos que cada cuerda es distinta en su manera de vibrar y que la “prueba de Mersenne” nos indica mucho más, no solo si la cuerda está afinada o no, la experiencia de tocar estas cuerdas nos enseña también cómo sonará con nuestros instrumentos.
Como las cuerdas no son calibradas, no tienen un diámetro perfectamente igual en todo su largo. El libro de música para laúd de Vincenso Capirola (c.1500) dice que las cuerdas tienen un lado más ancho y explica cómo poner las cuerdas en el laúd fijándose de en ese detalle.
Cada cuerda es única y su riqueza sonora viene de allí.
No es viable en nuestra época volver a las plazas de mercado a vender cuerdas, pero con el @Taller del Juglar queremos volver a lo esencial de lo que eran los antiguos mercados de cuerdas.